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domingo, 16 de enero de 2011
CONCURSO DE RELATOS CORTOS (EL CORONIL)
El Excmo. Ayuntamiento de El Coronil (Sevilla), a través de la Concejalía de Cultura, convocó hace poco un concurso de relatos cortos que sirviesen como una plataforma desde la cual dar a conocer el pueblo, sus gentes, sus lugares emblemáticos, sus costumbres...
Os dejo aquí los que fueron los relatos que coparon los tres primeros puestos. Espero que los disfrutéis.
Tercer premio: "MI PASEO"
Amanece un nuevo día.
Me encanta vivir en El Coronil. Su tranquilidad, su aire limpio, el olor de la mañana... Apenas he despertado y ya tengo el desayuno preparado. Tras reponer fuerzas tengo ganas de hacer ejercicio físico. Normalmente caminar, algún salto que otro, alguna vez hacer una pequeña carrera si el momento así lo requiere y vuelta a caminar.
Sin dudarlo un momento me pongo en marcha y salgo a la calle. Percibo los primeros rayos de sol que se reflejan contra las blancas fachadas y que llegan a deslumbrarme, lo que hace que entorne los ojos. Los pasos lentos de las personas acompañan mi paseo, sin prisas, disfrutando de la mañana.
Me cruzo ante ellos y llego a una nueva calle con árboles. Me gusta. Es un atractivo más que me ofrece mi pueblo. Hay quien parece estar acostumbrado a verme y recibo un amable saludo por su parte al que yo, tímidamente, respondo con un pequeño gesto.
Continuo avanzando y, ahora sí, inicio una pequeña carrera para dejar paso a los más pequeños que se dirigen al colegio; algunos se entretienen conmigo y yo lo paso bien con ellos.
Cruzo la carretera empedrada y llego a un callejón donde tengo una amiga que siempre me deja la puerta abierta y entro sin llamar. Me siento como en casa. La verdad es que mi pueblo es acogedor. Después de mi visita, de nuevo me encuentro paseando por las calles. Hay días en que apenas sin darme cuenta he llegado al parque de la Casa de la Marcela y un rato después me he encontrado en el patio de la Vera Cruz.
Me siento cansado y emprendo el camino de vuelta. Las calles, los parques y los jardines y, sobre todo, su gente, me ofrecen el placer de disfrutar de ellos cada día.
Y hablando de disfrutar...he llegado al lugar donde vivo, conyento, ronroneando con las caricias de mi dueña y cuidadora. Con un maullido intento llamar la atención y hacerme un hueco en su sillón, pensando que mañana visitaré el parque de la Plaza Nueva.
Los ojos se me cierran justo cuando suenan las campanas de la iglesia. Es una noche clara y despejada. Dormir bajo las estrellas es algo que está al alcance de pocos, y yo soy uno de ellos.
Dormir, soñar...
Eva Moreno Valle
Segundo premio: "EL VIAJE ESPERADO"
Juan era un niño que vivía en Colombia aunque había nacido en España. Su madre era andaluza pero su padre era colombiano. A su madre le encantaba España, pero se trasladó a Colombia para poder estar con su marido.
Un día en el colegio la profesora propuso un ejercicio que consistía en realizar una redacción sobre el sitio que pensaran que era el lugar más maravilloso del mundo.
Juan sabía cuál era ese lugar, así que fue corriendo a pedirle a su madre que le hablara de El Coronil, aquel pueblo tan maravilloso donde ella pasó su infancia. Su madre empezó a contar que El Coronil era un pueblo pequeño, pero lleno de personas y monumentos inolvidables. Contó que ella pasaba muy buenas tardes en la Plaza Nueva jugando al teje con sus amigas, paseando en Pilares con sus familiares disfrutando del aroma intenso a naturaleza viva; paseando por el Cerro Palo, y yendo a la antigua Plaza de Abastos con su abuela para hacer la compre semanal. Le comentó a su hijo cómo los domigos, a las doce de la mañan, iba a misa en la parroquia Ntra. Sra. de Consolación con sus amigas y después de misa iban a comprar golosinas en el quiosco de la Plaza de la Constitución, donde se encuentra el ayuntamiento. Y también le habló de las excursiones que hacían en el colegio al Castillo de las Aguzaderas para estudiar las plantas y los animales que allí había. La madre de Juan le dijo que ella estaba totalmente enamorada de aquel maravilloso pueblo que cautivaba a todo aquel que llegaba.
Desde aquel momento Juan estuvo deseando que llegara el día en que él pudiera visitar aquel pueblo del que tan bien hablaba su madre.
Mª José Lara Santos
Primer premio: "DE VUELTA A MIS RAÍCES"
Era un día claro y soleado de primavera. Yo viajaba de vuelta a mi pueblo, a mis raíces, después de haber estado fuera muchos años.
Llegué al Portichuelo. ¡Ahí estaba!, blanco como el nácar, inmerso en un mar de trigales verdes. ¡Qué gusto volver a ver esta imagen, estos colores, esta luz que tanto tiempo había permanecido dentro de mi memoria!
Decidí aminorar la velocidad del coche; quería disfrutar de cada detalle, de cada rincón. Pude ver cómo varios agricultores cultivaban sus tierras.
De pronto pensé en mi abuelo; aquél que había trabajado toda su vida en el campo, y el responsable de que todos en casa amáramos y respetáramos tanto la tierra.
Al entrar en el pueblo afloraron mis re3cuerdos al ver el Parque del Barranco. ¡Cuántas tardes y noches disfruté aquí con mis amigos! Ver la torre me llevó a recordar mi catequesis.
Para llegar a casa de mis padres debía atravesar el centro. Habían cambiado los detalles, adornos, flores, pero no la amena y sana costumbre de los mayores de encontrarse aquí con sus amigos para simplemente charlar.
Metros más arriba pude observar cómo la Plaza Nueva seguía flamante y llena de niños jugando. Habían pasado muchos años, pero para ella parecía que el tiempo se había detenido. A mi memoria llegaron mis tardes en el parque, mis paseos por pilares y mis visitas al Castillo de las Aguzaderas, que tan misterioso era para mí.
Por fin llegué a casa. Mis padres me esperaban con los brazos abiertos y con una grata sorpresa. Habían reunido en casa a familiares, amigos y vecinos. Ahora ya estaba en mi pueblo, pues ellos eran el alma de mis raíces. Pude comprobar el cariño y afecto que me tenían.
Estaba muy claro; me quedaría para siempre en mi pueblo, El Coronil, y con su gente, mi gente.
Ana Esquivel Valle
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