Paseando por la red he encontrado un cuento muy cortito que narra cómo sucedió el descubrimiento de América.
EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
Nací en Palos de la Frontera. En el verano de 1492 reinaba en mi ciudad una gran agitación. Un genovés, Cristóbal Colón, estaba preparando una expedición marítima rumbo a las Indias y buscaba tripulación y provisiones para su largo viaje.
- Las Indias son unas hermosas tierras, llenas de oro y riqueza - decía Colón para convencer a la multitud.
- ¿Y quieres ir a las Indias cruzando el mar? ¡Tú estás loco! -le gritó el dueño de una taberna cercana.
- Pues yo he oído que el Atlántico está lleno de monstruos -aseguraba una muchacha muy joven.
La aventura me atrajo y me enrolé en la tripulación. ¿Acaso no era una gran oportunidad para alcanzar fama y riqueza?
Antes de partir cargamos en la bodega leña, agua, bacalao, tocino, carne seca, legumbres y otros alimentos para el viaje, que iba a ser largo.
Por fin, el 3 de agosto de 1492 nos hicimos a la mar. Partimos del puerto de Palos, rumbo a lo desconocido. Éramos 105 hombres en tres naves. Yo iba en la carabela más rápida, que se llamaba la Pinta. Colón nos seguía en la Santa María. Finalmente navegaba otra carabela, la Niña.
Cuando habían pasado pocos días de navegación, la temperatura se volvió más cálida y el mar se llenó de hierbas flotantes.
- La costa debe estar cerca porque las hierbas son cada vez más abundantes -dijo un marinero experimentado.
Pero nuestras esperanzas fueron vanas. Durante días y días sólo vimos agua ante nosotros. Estábamos desesperados y temíamos no encontrar tierra nunca y morir de hambre y sed.
Fue entonces cuando nos amotinamos contra Colón. Todos los marineros, armados, rodeamos al genovés.
- Ó pones rumbo hacia España o serás tirado por la borda -dijo el marinero que encabezaba el motín.
- ¡Queremos volver a puerto! - gritó la tripulación.
Pero Colón apareció en el puente de la Santa María y se mostró muy seguro de que la costa estaba próxima, apaciguó nuestros ánimos y convinimos en continuar.
Por fin, llegó la madrugada del 12 de octubre de 1492. Entonces...
- ¡Tierra! -gritó mi compañero de la Pinta, Rodriga de Triana.
Nos agolpamos en los costados de la carabela.
- Sí, es cierto -aseguré alborozado-. ¿No ves una duna de tierra blanca al fondo?
A la mañana siguiente, emocionados, pusimos pie en tierra.
Colón, de rodillas, hincó en la arena el estandarte de los Reyes Católicos, que habían pagado la expedición.
Al levantar la vista vimos que varios indígenas nos rodeaban.
Colón les dijo indios a los indígenas, porque pensaba que habíamos llegado a las Indias.
Pero lo cierto es que ese día habíamos descubierto América, un nuevo continente.
FIN
A continuación os dejo una una imagen de carabelas, que podéis imprimir y recortar para pegar en el pecho de los niños y niñas como si fuese un pin. Les gustará llevarlos a casa.
También os dejo un pequeño vídeo que ilustra el viaje de Colón.
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